sábado, 7 de julio de 2007

VICTOR HERRERA ZUÑIGA

Domingo 22 de julio en el Coliseo Internacional Puno 83 años de vida y más de medio siglo interpretando las canciones del Valle del Mantaro
VICTOR HERRERA ZUÑIGA
HOMENAJE AL HUANCA HERRERA


El “Huanca” Víctor Herrera Zúñiga, para no pocos
entendidos, es la mejor voz grave del cancionero
andino. Cumplió hace unas semanas 83 años de edad y se
mantiene desde hace más de medio siglo como figura
artística importante del valle del Mantaro. Integra el
Dúo Huancayo (no confundir con el Dúo Mixto Huancayo)
que fundó en el año 1955 junto a Oscar Cárdenas
Raschio, cantante que en la década del sesenta
falleció trágicamente en un accidente automovilístico.

El “Huanca” Herrera, luego de haber perdido a su
compañero del Dúo Huancayo, cantó junto a Picaflor de
los andes, Polo Palomino y Juan de Dios Rojas. Desde
no hace mucho y cuando hay oportunidades une su voz a
la de Eusebio Chato Grados y hará lo mismo con nuevos
valores de la música del departamento de Junín.
También conformó el trío Los Tres de Junín, junto a
Rosita Salas y Juan Bolívar Crespo “El Zorzal
Jaujino”. Es apasionado del tango y fue trabajador en
asuntos de información en la Municipalidad de Lima
durante muchos años. Falsía, Linda paisana, Mal
cariño, Jauja, Adorada tierra, entre otras, son las
canciones que identifican el estilo inconfundible del
experimentado intérprete oriundo del departamento de
Junín.

El domingo 22 de julio, El “Huanca” Herrera subirá al
escenario del Coliseo Internacional Puno (Av. Las
Torres 349, Ate, a espaldas de la Clínica San Juan de
Dios). Ofrecerá sus más inspiradas canciones y
recibirá la solidaridad de importantes intérpretes
(Flor de la Oroya, el Dúo Mixto Huancayo, Javier
Camavilca, Corazón de Jauja, Joyita del Valle, entre
otros) en un espectáculo donde no estarán ausentes
estampas típicas como tunantada, huaylash, huaconada y
chonguinada.

Información enviada por Orlando Huacho Aranda
Teléfonos: 7804814 9402*6823 96220408 92062355
www.musicaservice.com.pe

Publicado en el diario Perú 21 el viernes 11 de agosto
del 2006

José Gabriel Chueca
entrevista

Víctor Herrera Zúñiga: Cantante folclórico
“Los limeños se han vuelto más serranos que nosotros”
Tiene más de 80 años y sigue siendo una de las voces
graves más famosas del folclor. Víctor Herrera Zúñiga,
“El Huanca Herrera”, fundador del Dúo Huancayo, se
presentará en concierto mañana (sábado 12 de agosto),
a las 7:30 p.m.,en el teatro Felipe Pardo y Aliaga
(Jr. Apurimac Cdra. 4, Lima). Informes: 379-5488 y
459-3807

AUTOFICHA
Nací en Huancayo, en 1924. Mi padre era un gran
pianista y, por lo mismo, el primer invitado de las
fiestas de la 'high' en Huancayo; eso me lo contó un
paisano, Ramiro Prialé. Cuando vine a Lima, viví en el
Callao. Mi hermano mayor era boxeador. Vivo en Jr.
Ica, con mi esposa; criamos a dos de mis nietecitas.
Tengo cinco hijos. No fumo y tomo con mesura; en las
reuniones a veces a uno le invitan con tanto cariño
que no se puede desairar. Casi nunca he cobrado por
cantar; 28 años he trabajado como jefe de prensa de la
Municipalidad de Lima. me retiré y me acogí a la
20530.

"Como huancaíno que soy, desde muy pequeño escuchaba a
los cantantes y las orquestas. Todo era folclor, danza
y canto. De pequeño corría a donde estaba la fiesta y
me contagiaba. Y mirando aprendía cada baile",
recuerda 'El Huanca Herrera'.

¿Cuándo vino a Lima?
Llegué a la capital en el 35, chibolo todavía. Y aquí
todo era criollismo. No había provincianos -creo que
yo era el único-. Y acá nos decían serranos, con
desprecio, como si lleváramos la peste. Tanto así que,
cuando entré al colegio, nadie se quiso juntar
conmigo. Se pasaban la voz, '¡oye, ese es serrano!'.
En los recreos me quedaba solo. Me traumé bastante.
Pero pronto encontré mi venganza.

¿Cómo?
Mi hermano mayor era boxeador -fue tres veces campeón
nacional- y yo aprendí a boxear en el mismo gimnasio
que él. Y en el colegio solo había dos chicos que se
juntaban conmigo; entonces, les dije que me ayudaran,
que salieran en el recreo llamando '¿quién quiere
pelear con el serrano?', mientras yo me hacía el
humilde.

¿Y qué pasó?
Salieron un montón. Uno se puso los guantes que llevé
y se juntó un montón de gente alrededor. Empezamos y
el pata se movía, saltaba, hacía sus fintas. Yo lo
esperaba nomás. Cuando se me acercó, de un solo golpe
lo dejé seco. Todos se quedaron calladitos. Desde ahí
me agarraron respeto.

¿Por qué vino a Lima?
Dos meses antes de que yo naciera murió mi padre y,
cuando murió mi madre, vinimos. Éramos tres hermanos
-yo era el tercero- y nos quedamos huérfanos. Así que
vinimos a Lima. Pero me metieron a un convento para
que fuera sacerdote. ¡Siete años estudié para eso!
Estando en Arequipa, justo antes de ir a Cusco a
estudiar Teología, me di cuenta de que esa vida no era
para mí. Un día, en un paseo, me caí de un caballo y
me golpeé. Desde ese día me hice el enfermo. No comía.
Me moría de hambre, pero me abstenía. Hasta que me
dieron licencia y yo les dije que me dejaran ir a
Lima. Y ya no volví.

¿Cuándo comenzó a cantar?
Yo veía que todo era criollismo. Ni se escuchaba un
huayno. Así que tuve que contagiarme de la música
criolla y aprendí rápido. Formé mi grupo Porvenir, con
la gente de mi barrio, en el Callao. Nos presentábamos
en Radio Colonial. Pero, con el paso del tiempo,
comenzaron a aparecer programas de radio de folclor.
Al comienzo, a las 4 o 5 de la mañana, a la hora que
todos dormían. Pero los provincianos estábamos
pendientes de esa música. Y como yo tenía el amor por
la sierra, por mi tierra, me fui metiendo y formé el
Dúo Huancayo, en el año 55. Nosotros nos presentábamos
en teatros, en fiestas y en coliseos, que ya habían
empezado a inaugurarse.

¿Y cómo recibía Lima el folclor?
Ya estaba floreciendo. Habían llegado un montón de
provincianos que fundaban instituciones -yo mismo fui
fundador del Club Huancayo- y hacían fiestas,
cantaban, invitaban a los artistas. Ya era otra cosa.
Afuera igual se mantenía ese desprecio a los serranos,
pero los criollos ya habían comenzado a asomarse a las
fiestas, como extraños, a ver cómo era. Claro que yo
tenía grandes amigos criollos, como Manuel Acosta
Ojeda, que se interesaba en nuestra música, por
supuesto, porque es la música peruana. Nadie tenía por
qué mirarnos como extranjeros.

Tengo entendido que usted se salvó de un accidente
terrible.
Sí. Con el Dúo Huancayo ganamos un gran concurso de
folclor, a nivel nacional, en Radio Nacional. Fue en
el 60, más o menos. Recuerdo que nos dieron 25 mil
soles. ¡Era un platal! A raíz del éxito, nos
ofrecieron una gira que empezó por Huacho. Fuimos y
cantamos, pero al día siguiente teníamos pendiente
terminar de grabar un long play con Odeón del Perú.
Terminada la función, mi compañero insistió en
regresar a Lima esa misma noche. En el camino nos
estrellamos contra un camión que estaba parado sin
luces, sin nada. De frente nos fuimos. El carro se
hizo como un acordeón. Los cuatro músicos que nos
acompañaban salieron deshechos, y la cantante y mi
compañero que iban adelante murieron. A mí no me pasó
nada.

Usted tiene más de 82 años y se mantiene. ¿Cuál es su
secreto?
Y tengo 50 años cantando. He visto en mi vida a gente
que tiene 60 o 70 años con aspecto de ancianos,
caminando agachados, oiga usted. No es posible. Yo
deduzco una cosa, porque hay situaciones en la vida
que a uno lo fortalecen: para mí, es la música. Es un
hobby grande, que me estimula y me da fortaleza. Mi
espíritu se deleita, goza, como si fuera un niño al
que le dan un dulce. Yo me siento igual de feliz,
tengo que cantar, que compartir. La música me
reconforta, me mantiene.

¿Qué piensa de cómo Lima trata ahora a los serranos?
¡Los limeños se han vuelto más serranos que nosotros!
Les encanta el folclor. Asisten a los espectáculos y
comparten con nosotros. En ese sentido, estamos mejor.
No es que se hayan doblegado sino que han reconocido
que es lo nuestro, que representamos al Perú.

Publicado en El Peruano el sábado 12 de agosto del
2006

El barítono del Centro
Por: José Vadillo Vila


“Creo que fui el primer serrano que pisó Lima”,
recuerda, casi con nostalgia, don Víctor Herrera
Zúñiga. En la exageración hay mucho de verdad. En
1935, cuando a los 11 años de edad dejó con sus dos
hermanos Huancayo para venir a Lima, en la capital las
radioemisoras no pasaban música andina. (Ahora las
cosas son sólo un tanto mejores). Entonces decir que
alguien era de la Sierra resultaba casi un pecado. Don
Víctor estudiaba en el Callao, y en el colegio lo
aislaban a la hora del recreo “porque era serrano”.
Poco a poco se empezaba a propalar huainos y mulizas,
pero de amanecida. Él –como muchos inmigrantes–
esperaba como búho con tal de escuchar música de su
tierra. Paralelamente, aprendió a cantar tangos y
tocar algo de piano, esto último mientras estudiaba
con los curas dominicos. Herrera fue relacionándose
con otros paisanos y en 1954 fundaron el club
Huancayo. No tenían local propio e irónicamente el
primer club funcionó en el Portal de Botaneros, punto
neurálgico de la Lima criolla. Ahí conoció a Óscar
Cárdenas Raschio, con quien creó al año siguiente el
dúo Herrera-Cárdenas.

Ambos llegaron a refulgir en el Coliseo Nacional de La
Victoria, entonces un “templo” donde los inmigrantes
del Ande se reunían cada domingo para deleitarse
escuchando a sus estrellas.
Herrera recuerda 1962 con una mezcla de orgullo y
tristeza. Ese año, el dúo ganó el concurso nacional de
folclor organizado por Radio Nacional del Perú. Uno de
los jurados fue el escritor José María Arguedas. Ya
rebautizados como Dúo Huancayo, iniciaron una gira que
los llevaría por siete ciudades mientras grababan su
elepé debut. Sin embargo, tras la primera presentación
la muerte los esperaba en el serpentín del Pasamayo.
“El huanca” Herrera fue el único ileso del accidente.
Fallecieron Cárdenas y una danzante; los cuatro
músicos que los acompañaban resultaron heridos.
Tras meses, Herrera se pudo recuperar y reclutó a otro
llactamasi (paisano en quechua), Juan de Dios Rojas,
con quien ha cantado por intervalos de casi 40 años
(Polo Palomino cantó por un tiempo con Herrera y
después fundó, en 1972, el Dúo Mixto Huancayo). Con la
voz de Rojas, “El Huanca” terminó la mitad del disco
que faltaba. Pese a los años de carrera, el dúo no ha
vuelto a grabar.

“Nuestro mundo, el de los artistas andinos, es muy
distinto. Somos como hermanos, siempre nos reunimos y
damos la mano, sin hacer distinción entre hombres y
mujeres”, explica “El huanca”, quien trabajó por 30
años en la oficina de prensa de la Municipalidad de
Lima, porque el arte era sólo su pasión. Dice que la
música huanca actual ha perdido la forma de cantar. Lo
refiere alguien que le dio estilo a temas como
“Falsía”, “Linda paisana”, “Mal cariño” o “Jauja”.
Junto a Rosita Salas y el desaparecido Juan Bolívar
Crespo, integró también desde 1980 Los Tres de Junín.
Lo recuerda con esa voz grave, que siempre fue extraña
al cancionero del Centro, estilo musical ligado más
bien a las voces agudas. En noviembre de 2005 el
artista celebró sus bodas de oro, pero recién se anima
a hacer el espectáculo, con mulizas, huaylarsh y
huainos. Y con voz señorial.

Gracias a Orlando Huacho por la informaciòn enviada al correo: arcoirisdelperu@hotmail.com